El Renuevo Y Otros Cuentos (Narrativa) (Spanish Edition),Used

Excerpt. Reprinted by permission. All rights reserved. El Renuevo y Otros CuentosBy Carlos MontenegroRed EdicionesCopyright 2015 Red Ediciones S.L.All rights reserved.ISBN: 9788499530314ContentsCRDITOS, 4, PRESENTACIN, 7, LA HUELLA DEL CACIQUE, 9, EL CORDERO, 15, LA BRUJA, 22, EL DISCPULO, 27, LA HERMANA, 34, EL CASO DE WILLIAM SMITH, 39, DOS VIEJOS AMIGOS, 44, ANAZABEL, 48, UN SOSPECHOSO, 54, LOS HROES, 61, UN INSURRECTO, 68, LOS IMPONDERABLES DE PEDRO BARBA, 75, DOCE CORALES, 83, LA RFAGA, 92, EL RENUEVO, 101, LA HERENCIA, 104, LIBROS A LA CARTA, 113, CHAPTER 1LA HUELLA DEL CACIQUENo voy a hablar de aqu ni de all, sino de un sitio de donde no es nadie de los que viven por aqu, entre nosotros; de un sitio que nadie conoce, aunque a m me han hablado mucho de l y de la gente que lo habitaba, dueos de corazones que no saban asustarse y con ojos que no conocan horizontes limitados a no ser por los bosques y el mar.Entre el bosque de olivos y el pueblo de estos hombres solo cruzaba el ro, y hacia el mar, entre las casas y los acantilados lejansimos, la playa inmensa se demoraba con sus arenales cubiertos de barcas varadas o ya en el agua, a flote con las velas tendidas al Sol para que se secaran como ropa recin lavada.Ms lejos: dos, tres, cuatro y hasta cinco veces hasta seis barcos de cruz: bricbarcas, fragatas, bergantines de innumerables velas, de gran porte, y que no obstante lucan perdidos en la inmensidad de la baha limitada, all en el horizonte, por la sombra de otra costa.De este pueblo voy a hablar; del desconocido, del bello, del dormido al pie de las campias de Arosa.Del bosque llegaba el olor maravilloso de la savia que escapada de la corteza de los rboles se quemaba, invisible, al Sol; del mar, el olor salino a veces mezclado con el de los remansos del ro cercado de mimbres.Era la Puebla, en la ra de Arosa, donde el mar y el ro se entremezclan como los amantes en el lecho, segn los flujos y reflujos que impone la Luna, la cual hace por las tardes crecer la marea hasta que el mar rodea las casas y se une al ro.All naci don Fadrique, que fue su cacique; un cacique todo entero, sin honor y con honor, es decir, con honor siempre segn su criterio, pero los dems opinaban muchas cosas.Aunque era de Arosa, de la Puebla, le decan o cubano, y a sus hijos: os fillos d'o cubano. Y casi todos los hijos de la comarca lo eran de l. Cuando nacan les daba a las madres un costal de harina, y adems, si eran solteras, un marido, y al marido trabajo, bien en sus barcos, bien en su fbrica de salazones ..., y despus no volva a saber de ellos sino en casos de enfermedad grave o naufragio, pero al parecer, sin considerarlos como a hijos, ms bien como a sbditos, aunque era ley en el pueblo que el nico que tena legtimo y ya entrado en la adolescencia, le haba robado el corazn.Al cacique todos le decan don, lo de o cubano eran comentarios a sus espaldas, y ese apodo es lo que le ha quedado, adems de historias de l que parecen leyendas. Y se dice que en las rompientes del cabo Finisterre hay mil barcos suyos en esqueletos y miles de almas de ahogados, pues su gente nunca poda alegar el mal tiempo para no salir a la mar, ni aun en la poca de veda cuando sin vientos propicios se le haca imposible huir del caonero. Y hay quien cuenta que l tambin se ahog en Finisterre, y que los marineros ms viejos, al cruzar el cabo, se encomiendan a don Fadrique, el cual saba ms de la mar que todos ellos, sin haber nunca patroneado embarcacin.Y muchas cosas ms se dicen que no voy a referir ahora, sino la ltima, la nica en realidad que ha dejado huella, que no puede ser borrado o aunque lo sea vuelve a salir y perpeta su memoria no se sabe si como gran pecador posedo por el diablo o como hombre sabio.A su legtima esposa le decan la Rusa en el pueblo en recuerdo de otra mujer de la familia, ya desaparecida, que haba sido muy desdichada, y cuya historia fue puesta en libro y en boca de la